¡Hola amiguitos!
Una vez mas, las Fuerzas Vivas del país nos demuestran, con su comportamiento, por que son ejemplo y guía para los vulgares ciudadanos de a pie.
Ahí tenemos al ministro Wert. Cualquiera puede entender que se moría de ganas de asistir a la gala de los “Goya”. Tirarse un montón de horas viendo como los titiriteros se echan flores unos a otros es un planazo para cualquiera, pero si, además, tienes que aguantar que te lancen una puya detrás de otra... , para alguien que se define a si mismo como “un portento de humildad” es una ocasión de oro para escuchar otras opiniones y hacer autocrítica. Y, sin embargo, el bueno de Wert, haciendo un alarde de sentido cívico y responsabilidad se perdió tan magno acontecimiento ¡por acudir a una aburrida reunión con sus colegas británicos!.¿Tiene o no tiene clase el ministro Wert?.
Y ya se que, los descontentos de siempre, van diciendo por ahí que fue él mismo quien solicitó la reunión, y en esas fechas, pero he sabido, de buena tinta, que toda la culpa fue de uno de los 68 asesores que el Gobierno tiene contratados a pesar de no tener, siquiera, el graduado escolar (literal, obviamente lo hacen por razones humanitarias y por que son contrarios a cualquier tipo de discriminación). Lo que pasa es que no han dicho nada para no tener que despedirlo y aumentar, así, la lista del paro.
Y ¿qué me decís de la Infanta de naranja, doña Cristina?. Primero se aviene a hacer el “paseíllo”, como si fuera una persona normal, y lo hace sin que se le descomponga el gesto ni un ápice, y, a continuación, torea al tribunal, con tal arte, que estoy seguro de que, al final, cuando termine la corrida, se acabará llevando las dos orejas del Juez Castro (el rabo no, que ella es muy fina).
Pero la lección magistral, como muchas otras veces últimamente, nos la da nuestro Gobierno con el ínclito Mariano Naniano a la cabeza.
Para tan acendrados patriotas, defensores a ultranza de la Soberanía Nacional y la Integridad de la Patria, las presiones y amenazas del Gobierno chino, por la admisión de la Justicia española de una querella contra algunos de sus dirigentes (por un simple genocidio), deben constituir una gravísima ofensa a la par que una ingerencia intolerable.
Y ¿qué hacen nuestros próceres?, pues darnos otra lección, demostrarnos que saben distinguir lo que realmente importa, que la Economía y el Dinero (poderoso caballero) tienen prioridad sobre la Justicia. Y, haciendo de tripas corazón, cargarse de un plumazo, y con carácter de urgencia, un principio que siempre habían defendido con convicción y ahínco: la Justicia Universal.
¡Con que entereza han afrontado el verse obligados a hacerlo!. Imaginaos, tener que renunciar a que se haga justicia tanto en el genocidio del Tibet como en casos tan sensibles como el de Jose Couso o el obispo Ellacuría. Pues lo han hecho, de nuevo, sin descomponer el gesto. Con dos....
Lo que os digo, amiguitos, que tenemos una clase dirigente que no nos la merecemos.
O quizás sea, precisamente, lo contrario. Que tenemos lo que nos merecemos. ¿Vosotros que pensáis?.
Salud y saludos
Pelota Productions
