¡Hola amiguitos!
Viendo los anuncios de
la tele uno tiende a pensar que los empresarios son un grupo de
entrañables filántropos que montan sus empresas, no con el prosaico
y vil propósito de forrarse hasta que les salga la pasta por las
orejas, sino con la magnánima y elevada intención de proveer hasta
nuestras mas minúsculas necesidades y de hacer que nuestras vidas
sean mas felices y placenteras. Y así debe de ser, puesto que
dejamos en sus manos necesidades tan vitales para nuestra
supervivencia como la energía, la vivienda, los alimentos o las
medicinas. ¿Alguien se imagina mayor estupidez que supeditar la
satisfacción de nuestras necesidades básicas a que ésta coincida o
no con los intereses crematísticos de un puñado de avarientos
capaces de explotar niños con tal de añadir otro millón a su ya
astronómica cuenta corriente?. Imaginaos, podrían darse casos tan
absurdos como que, habiendo miles de viviendas vacías, mucha gente
careciera de una. O que nadie quisiera hacerse cargo de una
investigación a punto de conseguir la cura de una grave y rara
enfermedad por que, al ser rara, el producto contará con poca
demanda. O, incluso, que en unos países se destruyeran alimentos
mientras en otros el hambre es endémica. Vamos, un dislate.
Así que, cuando veo las
condiciones cada vez mas draconianas que los pobres empresarios,
obligados por la crisis que hemos provocado viviendo por encima de
nuestras posibilidades, se ven obligados a pedir a un gobierno que
cada vez les pone mas dificultades mientras mima y malcría a los
ciudadanos de a pié, no puedo por menos de compadecerme del pobre
Joan Rosell. Me imagino lo mal que lo estará pasando y el cargo de
conciencia que tendrá el pobre. Animalico...
Por eso, esta semana, le
he dedicado una página de la Galería de Personajes Inefables: el
Empresario Insaciable; en su búsqueda de un mundo mejor, por
supuesto.
Y del mundo de los
anuncios publicitarios al no menos glamouroso mundo
del espectáculo y la farándula. Esta semana ha tenido lugar,
con gran éxito de critica y público, la presentación en los
juzgados del ultimo disco (rayado) del afamado Trío tan Panchos. Los
autores de temas tan memorables como El petrolero al quinto pino,
o la Milonga de la
Economía Sostenible, o el
reciente número uno en todas las listas: El Finiquito, nos
ofrecen la última muestra de su genio y de su ingenio, encabezada
por el que va camino de convertirse en el próximo hit del grupo, la
desopilante No me consta, un
temazo con el que, a buen seguro, las emisoras de radiodifusión y
propaganda nos van a macha..., perdón, a obsequiar los oídos
próximamente y que seguro que mas de uno se va a apresurar a
versionar. El disco incluye, también, ademas de un puñado de temas
nuevos (futuros candidatos a los hit parades como
Sobrecito marrón o No
lo recuerdo), una nueva remezcla
del viejo éxito de Angel Sanchís y Rosendo Naseiro Señores
que lo dan, y una magnifica
nueva versión de El Finiquito,
con un mayor protagonismo de la voz de tenorito cortijero de Javier
Arenas.
El
trío demostró estar en una forma excelente, con unas
interpretaciones en la linea a que nos tienen acostumbrados, con la
mayor desfachatez y sin descomponer el gesto en ningún momento.
Ademas, en un gesto que les honra, el trío ha declarado que los
beneficios de la gala se destinarán, íntegramente, a la asociación
benéfica Consortes Con Suerte, una sociedad sinónimo de lucro
presidida por Pedro Arriola, marido de Celia Villalobos, de cuya
junta directiva forman parte los cónyuges de Ana Mato, Teófila
Martínez, el mismísimo Jose Mari Aznar o la propia Dolores de
Cospedal.
Únicamente
cabe lamentar que, dada la calidad y la fantástica puesta en escena
del Trío tan Panchos (recientemente Cospedal ha gastado varios miles
de euros en mejorar la iluminación y el sonido de sus actuaciones),
ofrezcan sus galas en locales de aforo medio como los juzgados y el
Congreso, en lugar de hacerlo, como sin duda ocurriría de tratarse
de un grupo extranjero, en los grandes escenarios que su arte merece
como los de Alcalá Meco o Soto del Real. Pero, ya se sabe, nadie es
profeta en su tierra y, en este país, quizás debido a la envidia,
nuestro pecado nacional, nunca hemos sabido reconocer los méritos de
nuestros compatriotas. Una lastima.
Y,
por esta semana, nada mas, amiguitos. Solo desearos que seáis muy
felices y que disfrutéis de este mundo lleno de paz, amor, colorines
y buenas intenciones que, si sale en los anuncios, será por que es
así, aunque algunos desafectos descontentos se empeñen en negarlo.
Salud
y saludos
Pelota
Productions
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